jueves, 26 de noviembre de 2015

Daens

La película cuenta la historia del sacerdote Daens, que vive en el siglo XVIII. Es destinado a Bélgica, y allí descubrirá cómo los obreros de una pequeña ciudad son explotados por un sistema capitalista, controlados por un puñado de ricos que tan solo ansían más y más riquezas, aun sabiendo lo que esto trae consigo: el hambre, la pobreza y la miseria de estos obreros, que cobran un salario indigno por sus largas jornadas de trabajo y que en ocasiones son despedidos tan solo por su edad o por sus ideologías políticas. Daens jugará aquí un papel importantísimo, adentrándose en el camino de conseguir la igualdad entre todos los ciudadanos, en todos los sentidos.


                                                     BIOGRAFÍA
Adolf Daens nació el 18 de diciembre de 1839 y murió el 14 de junio de 1907, fue un sacerdote flamenco y una importante personalidad política belga.
Nacido en una familia numerosa y modesta de Aalst (Bélgica), Daens se opuso activamente al conservadurismo que existía entonces en el seno del clero. Su acción política se centró en la defensa del proletariado y las reivindicaciones igualitarias, y en luchar contra las injusticias sociales.
Se alió con algunos líderes vecinales, con los obreros y con algunos socialistas para oponerse a Charles Woeste, diputado del condado. Woeste era, en cierto modo, el representante de la burguesía de los propietarios y el abanderado del partido católico; se dedicó a defender a los propietarios y a conservar el orden social establecido. Fundó el "Christene Volkspartij" (CVP) (partido popular cristiano) en 1894 y más tarde fue elegido diputado en el Parlamento belga, con el fin de reivindicar los derechos de los obreros y denunciar las condiciones de trabajo y de vida de éstos. Todo esto aplicando la Rerum Novarum (encíclica del Papa León XIII) como doctrina social y como proyectil intelectual para combatir las injusticias socioeconómicas.
Su combate para mejorar las condiciones de trabajo de los obreros y de la vida de sus familias le alejaron del sacerdocio. Por otra parte, fue condenado por su obispo, luego por el Papa y apartado de sus funciones en 1899. Murió en 1907 después de haber pedido perdón a su obispo.
El «daensismo», profundamente humanista, se emparentaría hoy con un socialismo socialdemócrata o una corriente social-cristiana.
La leyenda de una estatua erigida en su ciudad natal con ocasión del 50º aniversario de su muerte resume su empeño: "El trabajador no debe ser ni esclavo ni mendigo, debe ser un hombre libre y próspero".
Louis Paul Boon publicó en 1971 una novela biográfica titulada Pieter Daens. En 1992, el realizador Stijn Coninx, tomando como base la novela mencionada, contó la historia de este sacerdote comprometido en la película titulada Daens.
En 2005, Adolf Daens obtuvo el quinto puesto en la versión flamenca para elegir al “belga más importante” .

León XIII

 (Vincenzo Gioacchino Pecci; Carpineto, 1810 - Roma, 1903) Papa romano (1878-1903). Su familia no tenía grandes medios, pues vivían en una comarca montañosa y pobre. Entró a la edad de ocho años (1818) en el colegio jesuita de Viterbo; en 1824 se trasladó al también jesuita Colegio Romano. Se mostró extraordinariamente dotado para el estudio del latín, adquiriendo entonces el gusto por componer poesía en esta lengua. En 1832 se doctoró en Teología. Los cinco años siguientes los empleó en el aprendizaje del derecho civil y canónico, en la Academia de Nobles. Al finalizarlos fue ordenado sacerdote (1837). Muy pronto pasó al servicio del papa Gregorio XVI, quien le encomendó tareas diplomáticas, primero como delegado pontificio en las ciudades italianas de Benevento, Perugia y Spoleto (1838-1843), y luego como nuncio en Bélgica (1843-1846). En este tiempo viajó por los vecinos países de Alemania, Francia e Inglaterra, visitando sus complejos industriales. En 1846 fue nombrado obispo de Perugia. En esta sede reorganizó toda la actividad pastoral e incluso restauró la catedral y el seminario. Como consecuencia de su buen quehacer fue elevedado al cardenalato en 1853. Durante unos veinticinco años apenas estuvo en Roma, al mostrarse contrario al Secretario de Estado Antonelli. En ese tiempo se dedicó al gobierno de su diócesis y al pensamiento. Uno de sus temas de reflexión fue la universalidad de la Iglesia, llegando a la conclusión que los problemas exclusivamente italianos suponían un excesivo lastre para que fuese plenamente percibida esa universalidad. También se mostró firme frente a las autoridades civiles (en 1860 Perugia fue integrada en el reino de Italia), que ponían trabas a la Iglesia católica. No obstante, entre 1874 y 1877 publicó varios documentos pastorales de tono conciliador. Una vez muerto Antonelli, el Papa Pío IX le nombró cardenal-camerlengo (1877), de modo que se trasladó a Roma. Era una muestra de confianza, pues en caso de muerte del pontífice sería el quien se ocupase de gobernar interinamente la Iglesia. Así ocurrió el año siguiente, encargándose él de la convocatoria del nuevo cónclave que elegiría al sucesor.Este cónclave duró apenas dos días, del 18 al 20 de febrero, y en él se eligió al cardenal Pecci por amplia mayoría. Tenía entonces 69 años. Delgado, enérgico pero de buen caracter y con flexibilidad, adoptó el nombre de León XIII, en honor de León XII. Era el primer Papa elegido después de la pérdida de los Estados Pontificios, en una época de importantes cambios políticos y sociales. A ellos tuvo que atender en su pontificado.

 

jueves, 19 de noviembre de 2015

Leopoldo Alas Clarín

(Leopoldo Alas y Ureña, también conocido por su seudónimo Clarín; Zamora, 1852-Oviedo, 1901) Novelista español. Aunque nació en Zamora, donde su padre había sido nombrado gobernador civil, era de familia asturiana y a partir de los siete años vivió en Oviedo, ciudad a la que le uniría una estrecha relación y que se convertiría, de alguna manera, en la protagonista de su obra maestra, La Regenta. Estudió en Oviedo, con brillantes calificaciones, tanto en el colegio como en la universidad. Muy joven manifestó una exaltada afición por la literatura y una notable aptitud para el teatro y el periodismo satírico.
La revolución de 1868 despertó sus simpatías por la causa republicana y liberal, y sus años en Madrid (1871-1882), donde estudió filosofía y letras y se doctoró en leyes, le permitieron tener contacto con el círculo intelectual krausista, cuya influencia, muy en especial de su profesor Francisco Giner de los Ríos, fue decisiva en su formación.
Con el seudónimo de Clarín, se convirtió, a partir de 1875, en uno de los colaboradores más activos de la prensa «democrática». En 1883 contrajo matrimonio y obtuvo la cátedra de economía y estadística en la Universidad de Zaragoza. Al año siguiente logró su traslado a la Universidad de Oviedo, donde enseñó derecho romano, actividad que alternó con las de articulista y escritor.
Sus artículos literarios y satíricos, publicados mayoritariamente en la revista Madrid Cómico, alcanzaron gran popularidad, pero su mordacidad le valió numerosas enemistades e incluso algún duelo. A su llegada a la capital asturiana, emprendió la redacción de La Regenta, cuyo primer volumen aparecería en 1884. Dentro de su producción crítica destacan los Folletos literarios, una serie de ocho opúsculos publicados entre 1886 y 1891.
Lector infatigable y estudioso concienzudo, sus más de dos mil artículos filosóficos, políticos y literarios publicados lo convirtieron en el mayor crítico literario de su tiempo, y en una autoridad intelectual influyente y respetada. Su ideología progresista y su adscripción a la ética liberal del krausismo entroncan con la voluntad política, característica de ese fin de siglo, de superar la tradicional inercia cultural española.
Sin embargo, a partir de 1890, al sentir que no pertenecía a ninguna de las clases sociales históricamente activas y despreciando a una burguesía cuya única aspiración se limitaba al beneficio, poco a poco sustituyó ese dinamismo histórico por una moral más bien individual que reivindicaba la emancipación del hombre por la cultura. Para él, la posibilidad del progreso social estaba íntimamente ligada al progreso moral del hombre. 

Esa nueva orientación lo llevó a concentrarse más en su obra literaria y a revisar sus convicciones positivistas. Sin alejarse definitivamente de la ciencia, relativizó su poder y centró sus esfuerzos literarios en la descripción de la interioridad humana. Para Clarín, no hay valor auténticamente humano que no sea valor de interioridad. De ahí sus implacables críticas a la Iglesia institucional y su repugnancia por la falsedad, la impostura y la hipocresía, componentes centrales de la sociedad provinciana y decadente que describe magistralmente su novela La Regenta.
El centro de su pensamiento filosófico y religioso se articula entre el reconocimiento del poder de la razón y la permanente intuición del misterio. El «realismo humano» de Clarín adopta las enseñanzas de movimientos y personajes tan dispares como el naturalismo de Victor Hugo, el psicologismo de Bourget o el racionalismo espiritual de Renan. Si bien es indiscutible que la gran obra que deja Clarín es su novela La Regenta, sus relatos breves y su teatro son parte insoslayable de su producción y destacan por la ironía y la ternura inteligente. En cuanto a su vocación teatral, en 1885 estrenó Teresa, obra considerada actualmente como uno de los intentos más notables de renovación del teatro español del siglo XIX.

 Sus Obras Importantes

Su único hijo
El gallo de Sócrates
La Regenta
Doña Berta
                                                                    

Benito Pérez Galdós

 Benito Pérez Galdós nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1843, hijo de Sebastián Pérez, teniente coronel del Ejército y de Dolores Galdós. Desde niño  fue aficionado a la música, al dibujo y a la literatura. Es en opinión general, el mayor novelista español después de Cervantes.
        A los diecinueve años se traslada a Madrid . Allí conocería a don Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, quien le alentó a escribir y le orientó hacia el krausismo. Durante los primeros años de su estancia en la corte frecuentó redacciones y teatros. Escribió en La Nación y en El Debate.
        La fontana de oro (1870) , La sombra (1871)y El audaz (1871) fueron los títulos de sus primeras novelas, que revelan todavía una influencia del Romanticismo. Publicó artículos políticos en la Revista de España y algo de ellos, así como el ataque al régimen anterior a la Revolución de 1868 y el inmovilismo de la tradición, se plasma en sus obras de tesis de la misma época: Doña Perfecta (1876), Gloria (1877), La familia de León Roch (1878)y Marianela (1878).
        Abre el camino al Naturalismo con La desheredada (1881), la primera de sus novelas contemporáneas a la que le seguirán El doctor centeno (1883), Tormento (1884) y La de Bringas (1884). El amigo manso (1882) es una de las creaciones más originales de Galdós. Lo prohibido (1884-85) es la novela galdosiana más impregnada de Naturalismo. Fortunata y Jacinta de 1886-7 es un vasto mural donde la historia, la sociedad y el perfil urbano de Madrid sirven de fondo a un argumento que presenta a dos jóvenes enamoradas del mismo hombre.
  De su vida íntima sabemos que tuvo una hija ilegítima y amoríos con Emilia Pardo Bazán . Nunca se casó pero plasmó su tipo ideal de compañera en una mujer ya mayor: Teodosia Gandarias , en el drama Pedro Minio (1908). Constantemente predicó un tipo de amor más libre, que veríamos en Realidad y Tristana, aunque se opuso a las costumbres demasiado licenciosas.
        En 1873 aparecieron las dos primeras series de los Episodios Nacionales. Leyó a Balzac , a los novelistas rusos y a Dickens de quien tradujo Pickwick papers. Aprovechó las rápidas apreciaciones e indicaciones sobre sus países. Acusó a los escritores contemporáneos de incapaces de describir la vida de su tiempo. Sólo excluyó de sus ataques a Fernán Caballero y a José María Pereda. Urgió a los otros escritores a tomar las grandes conclusiones de los problemas sexuales y espirituales de la clase media urbana de su época como principal fuente de inspiración. Sus últimos escritos teóricos añaden poco a estas ideas. Merecen citarse el prólogo a El sabor de la tierruca de Pereda, un memorial dirigido a la Real Academia Española y el prólogo a la tercera edición de La Regenta, de Clarín.
        Al final de la década de los 80 y a comienzos de la siguiente publica Miau (1888), La incógnita (1889), Torquemada en la hoguera (1889), Realidad también en 1889 y Ángel Guerra de 1891, en donde experimenta una nueva manera de novelar. Los problemas éticos aparecen en Tristana (1892), Nazarín (1895), Halma (1895) y Misericordia (1897). Frecuentemente (como en Nazarín o Misericordia), sus novelas parecen recordar a Dostoievski. Su penetración psicológica ha sido igualada pocas veces. Entre sus características más definidas se cuentan un estilo personal vigoroso y muy marcado; un gran conocimiento de la locura y la esquizofrenia (no hay que olvidar su interés por Don Quijote) raramente preciso; un efectivo y sistemático manejo del simbolismo (evocador de su propia desilusión por la debilidad de España) y una conmovedora lástima por la gente que pretende elevarse de la bondad a la santidad.
        Las obras dramáticas de Galdós  fueron frecuentemente críticas por tener un carácter esencialmente novelesco. Ciertamente, adaptó para el teatro sus propias novelas Realidad en 1892, La loca de la casa en 1893, Doña Perfecta en 1896, El abuelo en 1904 y otras, que fueron acogidas con éxito por el público y por la crítica. Electra, por motivos políticos o, en todo caso, extraliterarios, constituyó un acontecimiento nacional. El autor nunca había sido tan serio, tan cuidadoso y preocupado como en estos dramas. Hemos de indicar que estas cualidades se hallaban en el teatro español de aquel tiempo. Su influencia para la escena posterior fue benigna. En sus últimos años la oposición creciente se vio patente en la candidatura rechazada y poco después aceptada de la Real Academia. Le dolió que la generación del 98 no le considerara su mentor. La concesión del premio Nobel de literatura a Echegaray (autor muy inferior y de escasa valía) lo consideró un mazazo a la mejor literatura española de su tiempo. En 1912 quedó ciego , aunque no por ello sufrió menos la insolvencia en sus últimos años. Por entonces escribió una tercera, cuarta y, finalmente, quinta serie de Episodios nacionales entre 1898 y 1912; de la última serie únicamente aparecieron seis volúmenes, quedando así incompleta.
        En cuanto a su vida política fue elegido diputado a Cortes por Guayama en 1886. En 1907 encabezó la lista a la candidatura de la Conjunción Republicano-Socialista por Madrid.
        La labor de Benito Pérez Galdós fue la de transformar el panorama novelesco español de aquella época. Dejó al lado el romanticismo y avivó el realismo español, dotando tanto de una gran expresividad a la narrativa como de nuevas formas aptas para el entendimiento del mundo y de la obra. 

 Sus Obras  

Novelas

La Fontana de Oro (1870)                                              
La sombra (1870)                                                       
El audaz (1871)                                                         
Doña Perfecta (1876)                                                    
   Gloria (1877)                                                                                                                                          La familia de León Roch (1878)
                                                                                                        

Teatro

Quien mal hace, bien no espere (1861)
La expulsión de los moriscos (1865)
Un joven de provecho (1867)
Realidad (1892)

jueves, 12 de noviembre de 2015

La Máquina de vapor y sus aplicaciones


James Watt

(Greenock, Reino Unido, 1736-Heathfield Hall, id., 1819) Ingeniero escocés. Estudió en la Universidad de Glasgow y posteriormente (1755) en la de Londres, en la que sólo permaneció un año debido a un empeoramiento de su salud, ya quebradiza desde su infancia.

A su regreso a Glasgow en 1757, abrió una tienda en la universidad dedicada a la venta de instrumental matemático (reglas, escuadras, compases, etc.) de su propia manufactura. En la universidad tuvo la oportunidad de entrar en contacto con muchos científicos y de entablar amistad con Joseph Black, el introductor del concepto de calor latente. En 1764 contrajo matrimonio con su prima Margaret Miller, con la que tuvo seis hijos antes de la muerte de ésta, nueve años más tarde.
Ese mismo año (1773) observó que las máquinas de vapor Newcomen desaprovechaban gran cantidad de vapor, y en consecuencia, una alta proporción de calor latente de cambio de estado, susceptible de ser transformado en trabajo mecánico. En 1766 diseñó un modelo de condensador separado del cilindro, su primera y más importante invención, que permitió lograr un mayor aprovechamiento del vapor, y mejorar de este modo el rendimiento económico de la máquina. Esta mejora constituyó un factor determinante en el avance de la Revolución Industrial. 
En 1768 se asoció con John Roebuck para construir su propio modelo de máquina de vapor, que patentó un año más tarde. Tras la quiebra de Roebuck en 1772, se trasladó a Birmingham dos años más tarde para compartir la explotación de su patente con Matthew Boulton, propietario de Soho Works, y con ello se inició una colaboración que se mantuvo por espacio de veinticinco años. En 1776 contrajo segundas nupcias con Ann MacGregor, quien le dio dos hijos más.
Entre otras importantes mejoras en las máquinas de vapor se le deben la máquina de doble efecto, cuyos pistones suben y bajan alternativamente (patentada en 1782), el regulador de fuerza centrífuga para el control automático de la máquina y, en 1784, el paralelogramo articulado, una disposición de rodetes conectados que guían el movimiento del pistón.
En 1785 ingresó formalmente en la Royal Society londinense. Aunque el éxito económico de sus invenciones fue rotundo, a partir de 1794 se fue distanciando paulatinamente de la actividad industrial. Así mismo, fue miembro de la Lunar Society de Birmingham, integrada por un grupo de científicos y escritores promotores del avance del arte y la ciencia.

 LA MÁQUINA DE VAPOR 
Una máquina de vapor es un motor de combustión externa que transforma la energía térmica de una cantidad de agua en energía mecánica. En esencia, el ciclo de trabajo se realiza en dos etapas:
  •  Se genera vapor de agua por el calentamiento en una caldera cerrada herméticamente, lo cual produce la expansión del volumen de un cilindro empujando un pistón. Mediante un mecanismo de biela - manivela, el movimiento lineal alternativo del pistón del cilindro se transforma en un movimiento de rotación que acciona, por ejemplo, las ruedas de una locomotora o el rotor de un generador eléctrico. Una vez alcanzado el final de carrera el émbolo retorna a su posición inicial y expulsa el vapor de agua utilizando la energía cinética de un volante de inercia.
  •  El vapor a presión se controla mediante una serie de válvulas de entrada y salida que regulan la renovación de la carga; es decir, los flujos del vapor hacia y desde el cilindro.
 El motor o máquina de vapor se utilizó extensamente durante la Revolución Industrial, en cuyo desarrollo tuvo un papel relevante para mover máquinas y aparatos tan diversos como bombas, locomotoras, motores marinos, etc. Las modernas máquinas de vapor utilizadas en la generación de energía eléctrica no son ya de émbolo o desplazamiento positivo como las descritas, sino que son turbomáquinas; es decir, son atravesadas por un flujo continuo de vapor y reciben la denominación genérica de turbinas de vapor. En la actualidad la máquina de vapor alternativa es un motor muy poco usado salvo para servicios auxiliares, ya que se ha visto desplazado especialmente por el motor eléctrico en la maquinaria industrial y por el motor de combustión interna en el transporte
Máquina de vapor en funcionamiento. Por la flecha roja a la izquierda entra el vapor calentado, la válvula inmediata se puede cerrar para detener la máquina —dependiendo de la presión—. Por la flecha azul derecha sale el vapor ya pasado el circuito.



En la máquina de vapor se basa la Primera Revolución Industrial que, desde fines del siglo XVIII en Inglaterra y hasta casi mediados del siglo XIX, aceleró portentosamente el desarrollo económico de muchos de los principales países de la Europa Occidental y de los Estados Unidos. Solo en la interfase que medió entre 1890 y 1930 la máquina a vapor impulsada por hulla dejó lugar a otros motores de combustión interna: aquellos impulsados por hidrocarburos derivados del petróleo.

Muchos han sido los autores que han intentado determinar la fecha de la invención de la máquina de vapor atribuyéndola a tal o cual inventor; intento que había sido en vano, ya que la historia de su desarrollo estaba plagada de nombres propios. Desde la recopilación de Herón hasta la sofisticada máquina de James Watt, son multitud las mejoras que en Inglaterra y especialmente en el contexto de una incipiente Revolución Industrial en los siglos XVII y XVIII condujeron sin solución de continuidad desde los rudimentarios primeros aparatos sin aplicación práctica a la invención del motor universal que llegó a implantarse en todas las industrias y a utilizarse en el transporte, desplazando los tradicionales motores, como el animal de tiro, el molino o la propia fuerza del hombre. Jerónimo de Ayanz y Beaumont, militar, pintor, cosmógrafo y músico, pero, sobre todo, inventor español registró en 1606 la primera patente de una máquina de vapor moderna, por lo que se le puede atribuir la invención de la máquina de vapor. El hecho de que el conocimiento de esta patente sea bastante reciente hace que este dato lo desconozca la gran mayoría de la gente.